Los Cuatro Jinetes Del Apocalipsis
Antes de escribir este artículo de
aniversario, he repasado las revistas que os hemos entregado a lo largo de este año. Una de las cosas que más destaca la revista es la hermosa maquetación y la elegancia de sus imágenes, muchas de ellas, cedidas por las compañeras de viaje en este "camino de retorno", como es llamada la Kabalá.
Son tiempos convulsos pero hemos sabido, entre todos los/las colaboradores/ras de la revista y las compañeras de equipo, ofrecer en estas ediciones, lo mejor de nosotros mismos, sin todos vosotros/ vosotras que colaboráis y nos leéis cada tres meses, nada de todo esto hubiera sido posible, por ello os hacemos llegar nuestra más sentida gratitud.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis son las figuras que recorren hoy en día nuestro mundo, la guerra, el coronavirus, el hambre y la muerte. Ante esto, en todos nosotros recae la responsabilidad de bajar la Misericordia Divina a la tierra. Endulzar los juicios. Cierto es que no va a ser fácil, pero ya hay muchísimos aprendices de Kabalá, miles de miles que han despertado a colaborar en esta Gran Obra de rectificación del Tikun Olam. Con la lectura de la Torá, las meditaciones, las oraciones y nuestra actitud personal, no os quepa duda de que avanzamos. Una pequeña cerilla disipa la oscuridad en la noche. Cuanto más, los javerim que se esfuerzan cada día en su empeño de llevar la Luz a este mundo. Nuestra revista nació en plena pandemia, una idea que el Eterno sembró, maduró y nosotros recibimos el encargo de ejecutar, trayendo un rayo de esperanza a toda la humanidad sufriente.
Cierto que no pudimos evitar los fallecimientos de miles de personas, cierto que no pudimos ayudar a los agotados médicos y enfermeras. Pero hemos aprendido que todo tiene un propósito. Todo responde a un Plan Mayor.
Este momento de nuestra historia es una mota de polvo entre los milenios que lleva dando vueltas nuestros planeta. "Para el Eterno un día son mil años y mil años son como un día". Os invito a contemplar estos 6000 últimos años. La evolución de la humanidad va dando pasitos. Somos el bebé de los Cielos, nuestro futuro está lleno de esplendor, aunque nuestra generación no pueda verlo. La Emuna en el Eterno nos lleva a contemplar el firmamento y decir:
"Tu voluntad es Perfecta Señor, ayúdanos a ver la Luz Divina en cada uno de los eventos que hoy nos ha tocado vivir".
A lo largo de la pandemia se dieron muchos actos que no salían en las noticias, la vecina que volvía de trabajar y se paraba a dejar la compra en la puerta a la anciana que vivía sola. La madre de unos niños que en el hogar se esforzaba para que los niños estuvieran entretenidos, inventando para ellos juegos didácticos. Situaciones muy difíciles y personas tendiendo una mano. Tras la pandemia, el volcán, la Naturaleza dio rienda suelta a la tensión que se vivía dentro de nosotros mismos. Recordemos que el universo entero está en nuestro interior. Y por si fuera poco nuestra dureza de cerviz, lleva de nuevo a dos hermanos a la guerra.
¿En serio? En pleno siglo XXI y aún hay una guerra "oficial" en Europa, porque parece que los demás países destruidos por otras guerras, no existen. En la guerra también hay personas cuidando de personas, ahí está el testimonio de nuestro compañero David, dando cobijo a quienes necesitan unas palabras de esperanza. Muchos han cumplido y cumplen con las palabras "Amaos los unos a los otros".
Y para terminar, quiero trasladar aquí un comentario de dos compañeros de Diplomado en la Escuela de Mario Sabán: "Tenemos trabajo!" la compañera le responde "Muuuchooo!"
Desde mi humilde atalaya, os invito y exhorto a no desfallecer, a ser buenos como el Padre es bueno. ¡Hakadosh Barujú os bendiga a todos y os dé la fuerza para continuar adelante!!
Esther Calvo
Puedes Leerlo tambien aqui : Revista Javierm Numero X